jueves, 11 de agosto de 2011

El Príncipe azul destiñe...

Desde que nos viene la regla y nos convertimos en unas adolescentes llenas de granos, hay una palabra que nos empieza a sonar fabulosa: Novio.
Piensas en el noviazgo como algo súper idílico: Lo conocerías, él te querría y…TACHÁN!! te casarías y ya está. Fin del cuento. Todos comiendo perdices. Así de sencillo.
A medida que vas creciendo te das cuenta que nada es tan sencillo: Ni bajar esos 5 kilos que subiste en el invierno, ni evitar las patas de gallo, ni encontrar un hombre que por una maldita vez valga la pena.
El Ying y el Yang... Con el tiempo, también hemos aprendido a ser más exquisitas o más selectivas. Ya no te viene bien el primero que te haga ojitos, que te susurre "te quiero" al oído o que sea el fucking Rey del Mambo en la cama.
Llega un punto donde has pasado por lo mejor y lo peor del amor, de la citas y de los hombres. Conoces a tantos hombres que te han gustado mucho, poco o nada. De todos sacas puntos fuertes y débiles, y, en medio de la desesperación, una bien podría hacer un collage con pedacitos de cada uno para conseguir a tu hombre perfecto.

Cada una tiene gustos diferentes, pero todas coincidimos en la idea de que, de la más absoluta nada, un día conoceremos a esa media naranja que nos pondrá un anillito en el dedo y nos catapultará de nuestra mundana existencia a un mundo color de rosa lleno de nubes y margaritas... ¿Verdad? ¿Quién no sueña con encontrar al Príncipe Azul?
No nos engañemos más, MR. RIGHT NO EXISTE. La que dice que tiene un MR. RIGHT entre manos (o entre las piernas) no tardará mucho en aburrirse de tanta perfección, con lo cual se vuelve imperfecto.
El Príncipe azul no es más que una idealización de todos los caracteres que queremos que nuestro compañero tenga, pero que muy probablemente no tendrá, y en el medio de la desesperación (porque se nos pasa el arroz, por cólera con un ex, o por miedo a la soledad) terminaremos, como siempre, con el primer nabo que se le parezca.

EL PRINCIPE AZUL DESTIÑE, por el simple hecho de que en el mundo real se reflejan de forma vaga aquellas cosas perfectas que sólo existen en el Mundo de las Ideas.
No sé si Mr. Right, el Alma Gemela o mi Alter Ego ya están aquí, o me están esperando a la vuelta de la esquina. Si fue mi primer novio o el que ayer se hizo 40 km solo para verme. Ahora mismo son mis amigos, porque sé que no me van a faltar nunca y eso me hace las cosas más fáciles.
Todas aseguraremos hasta la saciedad que estamos reseguras de que los Príncipes azules no existen y sin embargo, en nuestra infinita contradicción femenina, no hacemos más que buscar en un sólo hombre, el TODO de la cuestión. Tenemos que darnos cuenta de que eso sólo nos lleva a una serie de decepciones.

"El que espera, desespera"... ¿Para qué esperar, entonces? Hay que dejarlo llegar, no pensar en eso, ni en ése en especial. Mientras tanto, divertirse y disfrutar, que la vida es una sola, y de nada vale arrepentirse por el que se fue, ni comerse la cabeza por el que vendrá.
Hay que disfruta de la soltería y de todo aquello que ésta puede proporcionarnos, que ya hay toda una vida para disfrutar de los novios, maridos y la monogamia. Ahora mismo, a nuestra edad, ¿para qué tener un novio teniendo amigas, un perro y un consolador?
¿Que se te pasa el arroz?... El único arroz que se pasa es el que ya no sirve, el que tiran en las bodas.


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